La directora del Instituto Confucio UDEP, Ma Zheng, expresa que el tiempo en la UDEP ha sido un constante aprendizaje. Hoy, tras más de diez años de trabajo en el Perú retornará a China.
Por Lucy Vicente Chamba. 19 julio, 2024.Ma Zheng o Sofía (su nombre peruano) nació en Jiaozuo, provincia Henan, en China. Llegó a la Universidad de Piura en agosto del 2009, motivada por aprender de una nueva cultura, enriquecer sus habilidades profesionales de Filología Hispana y ser parte del naciente equipo del Institutito Confucio de la UDEP.
Fue en el marco del convenio firmado entre la Universidad de Piura y la Universidad Normal de la Capital (Beijing), en el 2008, y la creación del Instituto Confucio UDEP, ambos destinados a difundir la lengua y cultura chinas.
Antes de llegar a la UDEP, Sofía era docente y vicedecana en la Facultad de Español de la mencionada universidad china, donde dictaba español a estudiantes chinos. Con seis años de experiencia y tras la culminación de su doctorado, sentía un gran interés en profundizar sus conocimientos del español, explorar la cultura peruana y perfeccionar sus habilidades de enseñanza del idioma.
“Tenía la sensación de que lo que estaba enseñando a los alumnos era lo que había aprendido y conocía de los libros. Esto me limitaba mucho, quería transmitir la cotidianidad del idioma, el aspecto real y práctico de la lengua”, nos dice Sofía.
Agrega que, al presentarse la oportunidad de venir al Perú, no lo dudó: “era una gran ocasión para actualizar y renovar lo que quería enseñar a mis alumnos, y también ver qué es lo que puedo hacer aparte de enseñar, porque ser directora del Instituto, era totalmente nuevo para mí”, acota.
Oportunidad invaluable
Sofía subraya que desde su llegada a Piura encontró una oportunidad invaluable para enriquecer los métodos de enseñanza y, sobre todo en la UDEP, que ha sido un escenario de crecimiento personal en su vocación docente y para el redescubrimiento de sus habilidades como promotora cultural de su idioma y costumbres chinas desde su rol de directora del Instituto Confucio UDEP.
“Estando en Perú descubrí un mundo distinto, más allá de los libros y las aulas”, comenta con una sonrisa reflexiva. “Abrí mis ojos a nuevas perspectivas y comprendí la riqueza del mundo real. Encontré mi verdadera pasión, el enseñar y ayudar a otros”, expresa Sofía.
Asimismo, Sofía destaca que su rol de directora del Instituto Confucio le ha permitido un crecimiento personal y profesional significativo. “Como parte de la dirección del Instituto aprendí a tratar a la gente, a descubrir y apreciar las habilidades de cada uno de nuestro equipo, buscar siempre una manera óptima de sacar adelante un proyecto de forma conjunta, y a asegurar que los compañeros de mi equipo puedan trabajar a gusto y con ánimo, y no perder nunca ese lado humano que tenemos cada uno en nuestro interior” nos comparte.
Más allá de las fronteras
Su compromiso con la educación de sus alumnos, peruanos y chinos ha ido más allá de las fronteras, facilitando intercambios educativos entre Perú y China. “Ver a mis alumnos peruanos cumplir sus sueños de estudiar en China me llena de alegría, por lo que los apoyamos en todo lo que podemos, desde el proceso de postulación a un intercambio, hasta organizar actividades culturales”, expresa con entusiasmo.
Además de su labor académica y de dirección, Sofía valora el ambiente familiar y de amistad que encontró en la UDEP. “Desde los primeros años que llegué a la universidad he vivido un ambiente familiar, donde los compañeros y colegas nos tratamos con mucho respeto y cariño”, expresa.
Afirma que extrañará los días de trabajo en la UDEP, las jornadas culturales y los momentos de confraternidad. En una frase, resume: “Siempre he aprendido de mis colegas peruanos”.
Ma Zheng agrega que llevará con ella a China los aprendizajes y alegrías de su estadía en el Perú, enseñanzas que podrá compartir con sus alumnos de la Universidad Normal de la Capital donde continuará realizando su trabajo de educadora. Además, Sofía tendrá la alegría de reencontrarse con sus padres, familiares y amigos.
Nos dice que este tiempo en Perú ha sido una experiencia enriquecedora y transformadora que le permitió fortalecer su pasión por la educación intercultural. Ahora, se despide con un hasta luego, expresando que si vamos a China nos recibirá con los brazos abiertos, y también con una rica comida china.